El dolor lumbar es una de las afecciones más comunes que afectan a la población mundial, siendo una de las principales causas de consulta médica. La infiltración lumbar se ha convertido en una solución eficaz y menos invasiva frente a tratamientos quirúrgicos. La infiltración lumbar basada en la administración de medicamentos directamente en la zona afectada, alivia el dolor y mejora la calidad de vida de los pacientes.
¿Qué es el dolor lumbar?
El dolor lumbar, también conocido como lumbalgia, es una afección común que se manifiesta como molestias o dolor en la parte baja de la espalda, específicamente en la región lumbar, que se encuentra entre la parte inferior de las costillas y el sacro.
Este tipo de dolor puede variar desde una leve incomodidad hasta una condición incapacitante, dependiendo de su causa y gravedad.
¿Qué es una infiltración lumbar?
La infiltración lumbar es un procedimiento médico que consiste en la inyección de medicamentos (como anestésicos locales, medicamentos antiinflamatorios como los corticosteroides, que se inyectan en áreas donde el dolor y la inflamación son más intensos. o sustancias regenerativas como el plasma rico en plaquetas) en la región lumbar para aliviar el dolor.
Este tratamiento se realiza con técnicas de precisión, a menudo guiadas por imágenes como rayos X o ecografías, para garantizar que la infiltración se realiza en el punto exacto de la lesión y maximizar la efectividad del tratamiento, así como para realizar una aplicación segura y efectiva.
¿Qué sustancias se utilizan en una infiltración lumbar?
Las sustancias comúnmente utilizadas son:
- Corticoides: para reducir la inflamación.
- Anestésicos locales: para bloquear el dolor.
- Plasma rico en plaquetas (PRP): medicina regenerativa que fomenta la curación natural.
Infiltración lumbar con Plasma Rico e n Plaquetas (PRP)
El plasma rico en plaquetas (PRP) es una terapia regenerativa innovadora que se utiliza cada vez más en el tratamiento del dolor lumbar y las afecciones relacionadas con la columna vertebral.
Este método consiste en extraer sangre del propio paciente, procesarla para concentrar las plaquetas y luego inyectar este concentrado en la zona afectada, como la región lumbar, para estimular la curación de los tejidos dañados.
¿Qué es el PRP y cómo funciona?
El PRP es un concentrado de plaquetas suspendidas en plasma sanguíneo. Las plaquetas contienen factores de crecimiento y otras proteínas que desempeñan un papel fundamental en la reparación de tejidos y la reducción de la inflamación.
Cuando se inyecta en la región lumbar, el PRP actúa de la siguiente manera:
- Estimula la reparación tisular: promueve la regeneración de tejidos dañados, como discos intervertebrales, músculos o ligamentos.
- Reduce la inflamación: disminuye la respuesta inflamatoria crónica en la zona tratada.
- Acelera la curación: fomenta la formación de nuevo colágeno y tejidos más resistentes.
Indicaciones del PRP en la infiltración lumbar
El PRP es especialmente útil en casos donde las opciones convencionales no han proporcionado alivio adecuado.
Las principales indicaciones incluyen:
- Dolor lumbar crónico: Asociado a degeneración de los discos intervertebrales y artrosis facetaria.
- Hernias discales leves a moderadas: Para reducir el dolor y mejorar la funcionalidad sin necesidad de cirugía.
- Lesiones musculares y ligamentarias: Tratamiento de espasmos musculares crónicos o daños en los ligamentos que estabilizan la columna.
- Síndrome miofascial lumbar: Dolor causado por tensión crónica o puntos gatillo en la región lumbar.
- Alternativa a los corticoides: En pacientes que prefieren evitar los efectos secundarios asociados a los corticoides, como la debilidad ósea o muscular.
Beneficios del uso del PRP en la infiltración lumbar
- Eficacia prolongada: El PRP no solo alivia el dolor temporalmente, sino que también trata las causas subyacentes mediante la regeneración de tejidos.
- Terapia biológica y natural:Se utiliza la propia sangre del paciente, evitando reacciones alérgicas o riesgos de rechazo.
- Reducción de la inflamación crónica:Al actuar directamente sobre las áreas inflamadas, disminuye los síntomas asociados al dolor lumbar.
- Alternativa no invasiva a la cirugía:Puede retrasar o incluso evitar procedimientos quirúrgicos en algunos casos de hernias discales o degeneración lumbar.
- Mínimos efectos secundarios:Los riesgos asociados al PRP son bajos, ya que proviene del propio paciente.
Consideraciones y limitaciones del PRP lumbar
Aunque el PRP es una terapia prometedora, existen algunos aspectos a tener en cuenta:
- Número de sesiones necesarias: Los beneficios suelen requerir múltiples sesiones (habitualmente 2-3) separadas por varias semanas para lograr un alivio duradero.
- Tiempo de respuesta: A diferencia de los corticoides, cuyos efectos son rápidos, el PRP puede tardar semanas en mostrar sus beneficios completos debido al tiempo necesario para la regeneración de los tejidos.
- No es adecuado para todos los casos:
Pacientes con afecciones lumbares avanzadas, como hernias discales severas o estenosis espinal crítica, podrían necesitar otras opciones más agresivas.
Beneficios de la infiltración lumbar para el dolor de espalda
Las infiltraciones lumbares ofrecen múltiples ventajas para las personas que sufren de dolor de espalda.
Algunos de los beneficios más destacados son:
- Alivio rápido del dolor, proporcionando mejora casi inmediata tras el procedimiento.
- Reducción de la inflamación en las zonas afectadas, lo que contribuye a un mejor funcionamiento y movilidad.
- Menor necesidad de intervención quirúrgica, ya que muchos pacientes logran un control efectivo del dolor mediante este tratamiento.
- Posibilidad de realizar múltiples sesiones sin grandes riesgos, permitiendo un manejo continuo del dolor.
- Mejora de la movilidad y de la calidad de vida, ya que permite a los pacientes retomar actividades que habían dejado de lado debido al dolor crónico.
¿Para qué sirve una infiltración lumbar?
La infiltración lumbar se utiliza principalmente para tratar dolores crónicos o agudos en la zona baja de la espalda.
Dolor lumbar crónico
El dolor lumbar crónico es una de las patologíass más comunes entre la población. A menudo se relaciona con problemas musculoesqueléticos o condiciones degenerativas de la columna. La infiltración lumbar puede proporcionar un alivio significativo al reducir la inflamación y mejorar la movilidad. Este tratamiento se dirige a los nervios afectados o las áreas de dolor referidas, lo que permite una mejora en la calidad de vida del paciente.
Hernia discal
Las hernias discales se producen cuando el material gelatinoso del disco intervertebral se desplaza y comprime las estructuras nerviosas circundantes. Esta condición puede generar un dolor intenso y síntomas irradiados hacia las extremidades.
Las infiltraciones se utilizan para administrar corticosteroides directamente en la zona afectada, reduciendo así la inflamación y el dolor asociado con la hernia discal. El tratamiento puede ser particularmente eficaz en aquellos casos donde se observe un compromiso nervioso evidente.
Estenosis espinal y de canal
La estenosis espinal es el estrechamiento del canal espinal, lo que puede provocar presión sobre la médula espinal y los nervios. Esta condición suele manifestarse con dolor lumbar, debilidad en las piernas y molestias al caminar.
La infiltración en el espacio epidural permite disminuir la inflamación y aliviar el dolor, facilitando una mejor funcionalidad. El tratamiento puede ofrecer alivio a largo plazo y evitar procedimientos quirúrgicos más invasivos.
Artrosis y otras afecciones de las articulaciones facetarias
Las articulaciones facetarias permiten el movimiento de la columna y, al verse afectadas por lesiones o degeneraciones, pueden provocar dolor localizado en la parte baja de la espalda. La infiltración facetaria lumbar consiste en inyectar antiinflamatorios en las articulaciones afectadas, lo que puede resultar en una notable disminución del dolor.
Este enfoque está indicado para pacientes que presentan dolor asociado a la rigidez y limitación de movimientos, especialmente por la mañana o después de periodos de inactividad.
Tipos de infiltraciones lumbares
Infiltración epidural
La infiltración epidural es un procedimiento médico mínimamente invasivo que consiste en la administración de medicamentos directamente en el espacio epidural de la columna vertebral.
Este espacio se encuentra entre la duramadre (membrana que recubre la médula espinal) y el hueso del canal vertebral.
La finalidad de este tratamiento es aliviar el dolor causado por la inflamación o la compresión de las raíces nerviosas y tejidos circundantes en la región lumbar, que a menudo son responsables de generar dolor intenso y limitaciones funcionales en los pacientes.
Patologías en las que se utilizan la infiltración epidural
- Hernia discal: cuando el núcleo del disco intervertebral presiona las raíces nerviosas.
- Estenosis del canal lumbar: estrechamiento del canal vertebral que causa compresión nerviosa.
- Ciática: dolor irradiado hacia la pierna causado por la compresión del nervio ciático.
- Radiculopatías: inflamación o daño en una raíz nerviosa lumbar.
- Síndrome post-laminectomía: dolor persistente después de una cirugía de columna.
Ventajas de la infiltración epidural
- Rápido alivio del dolor: los pacientes suelen experimentar una mejora significativa en pocos días.
- No invasivo: evita los riesgos asociados a una cirugía de columna.
- Ambulatorio: permite al paciente regresar a casa el mismo día del procedimiento.
- Efectividad: reduce la inflamación y mejora la funcionalidad de la región lumbar.
Infiltración facetaria
La infiltración facetaria es un procedimiento médico para aliviar el dolor originado en las articulaciones facetarias de la columna vertebral. Es ideal para tratar el dolor localizado en la parte baja de la espalda.
Estas articulaciones, también conocidas como articulaciones cigapofisarias, son pequeñas estructuras que conectan las vértebras entre sí y permiten los movimientos de flexión, extensión y rotación de la columna.
Cuando estas articulaciones se inflaman o degeneran por el uso excesivo o por envejecimiento, pueden causar dolor localizado o referido, especialmente en la región lumbar.
La infiltración facetaria tiene como finalidad diagnosticar y tratar el dolor originado en estas articulaciones.
Puede emplearse como:
- Terapia paliativa: para reducir el dolor y mejorar la movilidad.
- Diagnóstico: para confirmar si las articulaciones facetarias son la fuente del dolor lumbar.
Patologías en las que se utiliza
- Artrosis facetaria: degeneración de las articulaciones debido al envejecimiento o desgaste.
- Síndrome facetario: dolor lumbar crónico causado por inflamación o estrés repetitivo en las articulaciones.
- Traumatismos o lesiones: dolor derivado de accidentes o esfuerzos físicos intensos.
- Espondiloartropatías: enfermedades inflamatorias que afectan las articulaciones de la columna.
Diferencias entre una infiltración terapéutica y diagnóstica
- Infiltración terapéutica: se utilizan medicamentos antiinflamatorios para aliviar el dolor a largo plazo.
- Infiltración diagnóstica: se administra solo anestésico local. Si el dolor desaparece temporalmente, se confirma que las articulaciones facetarias son la fuente del problema.
Ventajas de la infiltración facetaria
- Alivio rápido del dolor: mejora significativa en cuestión de días.
- Diagnóstico preciso: permite identificar con exactitud el origen del dolor lumbar.
- Ambulatorio: no requiere hospitalización.
- Mínimamente invasivo: evita cirugías más complejas.
Infiltración de puntos gatillo
Este procedimiento aborda áreas específicas de tensión muscular en la zona lumbar que generan dolor. Ayuda a relajar los músculos y mejorar la postura del paciente.
La infiltración de puntos gatillo es un procedimiento médico diseñado para aliviar el dolor causado por los puntos gatillo miofasciales, que son áreas específicas de tensión muscular donde las fibras están contracturadas. Estos puntos, también conocidos como «nódulos musculares», pueden provocar dolor local o referido, además de limitar la movilidad y generar malestar crónico en los pacientes.
Este tratamiento consiste en inyectar una solución terapéutica directamente en el punto gatillo para desactivar la contracción muscular y aliviar el dolor.
El principal objetivo es aliviar el dolor, reducir la tensión muscular y mejorar la movilidad del paciente. Esta técnica es especialmente útil en casos donde los puntos gatillo no responden a terapias físicas convencionales o medicamentos orales.
Patologías tratadas con puntos gatillo
- Dolor lumbar crónico asociado a tensiones musculares.
- Síndrome miofascial.
- Contracturas musculares persistentes.
- Espasmos musculares en la región lumbar, cervical o torácica.
Infiltración sacroilíaca
La infiltración sacroilíaca es un procedimiento médico diseñado para aliviar la inflamación y el dolor que proviene de la articulación sacroilíaca, situada entre el sacro (la parte inferior de la columna vertebral) y el ilion (la parte superior de la pelvis).
Esta articulación juega un papel clave en la estabilización y distribución del peso corporal entre la columna y las extremidades inferiores, y su disfunción puede generar dolor en la zona baja de la espalda, glúteos, e incluso irradiarse hacia las piernas y la cadera.
El principal propósito de la infiltración sacroiliaca es reducir el dolor, mejorar la movilidad y tratar la inflamación en la articulación sacroilíaca. También se utiliza como herramienta diagnóstica para confirmar que esta articulación es la fuente del dolor.
Patologías o Indicaciones comunes para una infiltración sacroiliaca
- Sacroileítis: inflamación de la articulación sacroilíaca, frecuentemente asociada a enfermedades como la espondilitis anquilosante.
- Disfunción de la articulación sacroilíaca: causada por un desequilibrio mecánico, lesiones o desgaste degenerativo.
- Dolor pélvico: en casos de embarazo o cambios hormonales que afectan la biomecánica de la pelvis.
- Traumatismos: como caídas o accidentes que afecten la zona pélvica.
¿Cómo se realiza una infiltración lumbar?
Una infiltración lumbar consiste en la inyección de medicamentos directamente en el área afectada, como la columna vertebral o tejidos adyacentes, utilizando técnicas precisas para garantizar su eficacia y seguridad.
Veamos ahora el paso a paso cómo se realiza una infiltración lumbar, desde la preparación inicial hasta la administración del medicamento, describiendo cada etapa clave para comprender tanto el procedimiento como su importancia en el tratamiento del dolor lumbar.
1. Evaluación inicial del paciente
Antes de la infiltración, el médico realiza una valoración completa para confirmar que el paciente es candidato al tratamiento:
- Historia clínica: se analizan los síntomas, la duración del dolor y posibles causas subyacentes.
- Pruebas de imagen: se utilizan radiografías, resonancias magnéticas (RM) o tomografías computarizadas (TC) para identificar la causa exacta del dolor, como hernias discales, estenosis del canal lumbar o artrosis.
- Consentimiento informado: el médico explica al paciente los beneficios, riesgos y pasos del procedimiento, asegurándose de que comprenda y acepte el tratamiento.
2. Preparación del paciente
- Instrucciones previas: el paciente debe acudir en ayunas (de 4 a 6 horas) si se administra sedación leve. También se recomienda evitar ciertos medicamentos anticoagulantes (como aspirina o warfarina) para reducir el riesgo de sangrado.
- Desinfección del área: la zona lumbar se limpia y esteriliza minuciosamente para evitar infecciones.
3. Colocación del paciente
El paciente se coloca en una posición que permita un fácil acceso a la zona lumbar:
- Boca abajo: esta es la posición más común, sobre una camilla.
- Posición lateral: se utiliza ocasionalmente, con el paciente acostado de lado con las rodillas ligeramente flexionadas.
4. Guía por imágenes
Para garantizar la precisión del procedimiento, el médico utiliza herramientas de imagen como:
- Fluoroscopía (rayos X en tiempo real): ayuda a localizar el área exacta para la inyección, evitando estructuras sensibles como nervios o vasos sanguíneos.
- Ecografía: en algunos casos, se emplea para visualizar tejidos blandos y mejorar la seguridad del procedimiento.
El uso de estas tecnologías minimiza los riesgos y asegura que el medicamento llegue al lugar indicado.
5. Inyección del medicamento
Antes de introducir la aguja principal, se aplica un anestésico local en la piel y tejidos superficiales para reducir cualquier molestia durante el procedimiento.
- El médico inserta una aguja fina y larga en el área específica, como el espacio epidural, una articulación facetaria o el tejido muscular cercano a la columna.
- Para confirmar la posición correcta de la aguja, puede inyectarse una pequeña cantidad de contraste visible en rayos X.
Una vez confirmada la ubicación de la aguja, se inyecta la solución médica, que puede incluir:
- Anestésicos locales: proporcionan un alivio inmediato del dolor.
- Corticoides: reducen la inflamación y alivian el dolor a largo plazo.
- Plasma rico en plaquetas (PRP): estimulan la curación de tejidos dañados.
El procedimiento dura entre 15 y 30 minutos, dependiendo de la complejidad del caso.
6. Monitoreo post-procedimiento
Tras la infiltración, el paciente es observado durante 15-30 minutos para verificar que no haya efectos secundarios inmediatos, como mareos o reacciones alérgicas.
7. Cuidados posteriores
- Reposo relativo: se recomienda evitar actividades físicas intensas durante las primeras 24-48 horas.
- Alerta ante síntomas anormales: el paciente debe contactar al médico si experimenta fiebre, aumento del dolor o síntomas inusuales como debilidad en las piernas.
- Seguimiento médico: se programa una consulta posterior para evaluar la eficacia del tratamiento y planificar posibles sesiones adicionales si es necesario.
8. Eficacia y resultados esperados
La mayoría de los pacientes experimentan alivio del dolor en pocos días, aunque el efecto completo de los corticoides puede tardar hasta una semana. En el caso de tratamientos regenerativos como el PRP, los resultados pueden ser progresivos y prolongados.
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Ventajas de las infiltraciones lumbares
- Procedimiento mínimamente invasivo: evita las complicaciones de una cirugía.
- Rápido y seguro: realizado en un entorno ambulatorio con un tiempo mínimo de recuperación.
- Precisión: el uso de imágenes garantiza que el medicamento llegue al área afectada.
Efectos secundarios
Las infiltraciones lumbares, aunque generalmente seguras, pueden presentar efectos secundarios y riesgos potenciales que es importante considerar.
Tras realizar una infiltración lumbar, es normal que algunos pacientes experimenten ciertos efectos secundarios. Estos pueden variar en función de la técnica utilizada y de la respuesta individual de cada persona.
¿Cuáles son los efectos secundarios de las infiltraciones lumbares?
Los efectos más comunes incluyen:
- Sangrado: Puede darse si la aguja afecta a un pequeño vaso sanguíneo. Aunque el riesgo es bajo, se incrementa en pacientes que consumen medicamentos anticoagulantes.
- Reacciones alérgicas (muy raras): Aunque poco frecuentes, algunas personas pueden experimentar reacciones adversas a los corticoides. Es fundamental informar al médico sobre cualquier alergia previa.
- Dolor y/o hematomas en sitio de la inyección: Puede presentarse inflamación o malestar leve en la zona tratada, que normalmente se resuelve en poco tiempo.
- Reacción inflamatoria: Existe la posibilidad de que la inyección de una sustancia inadecuada cause irritación y dolor en el área donde se introdujo la aguja.
- Infección (menos del 1% de los casos, con una técnica adecuada).
¿Cuánto cuesta una infiltración lumbar?
El precio de una infiltración lumbar varía considerablemente según la clínica, el tipo de infiltración (corticoides, proloterapia, ácido hialurónico, PRP, etc.), la complejidad del procedimiento y los honorarios del especialista. Además, debes considerar que algunos tratamientos pueden requerir varias sesiones, lo que influirá en el precio total.
En Regenerat clínica cada sesión de infiltración de corticoides pueden costar unos 50 €, de proloterapia cuesta 75 €, las infiltraciones lumbares de ácido hialurónico cuestan 180 € , y los tratamientos con plasma rico en plaquetas (PRP) tienen un precio de 270 € por sesión.
Preguntas frecuentes sobre las infiltraciones lumbares
¿Son dolorosas las infiltraciones lumbares?
Las infiltraciones lumbares pueden resultar molestas, pero no suelen ser dolorosas para la mayoría de los pacientes. Antes del procedimiento se aplica anestesia local, lo que minimiza el dolor en la zona de punción. Durante la infiltración es común sentir presión o una leve molestia, e incluso una sensación de ardor o pinchazo breve mientras se introduce la aguja.
El nivel de molestia varía según el umbral del dolor de cada persona, el tipo específico de infiltración (como epidural, facetaria, entre otras), la habilidad del profesional que lo realiza y el grado de inflamación existente en la zona lumbar.
En general, la mayoría de los pacientes describen la experiencia como incómoda pero tolerable, especialmente si el tratamiento les proporciona alivio del dolor a largo plazo.
Después del procedimiento, es normal experimentar dolor leve o una sensación de pesadez en la zona tratada durante algunas horas o un par de días.
¿Cuánto dura el efecto de una infiltración lumbar?
El efecto de una infiltración lumbar con corticoides suele comenzar entre 24 y 72 horas después de la aplicación y puede durar desde varias semanas hasta 2-4 meses, dependiendo del tipo de infiltración y la respuesta del paciente.
En el caso de infiltraciones lumbares con PRP (Plasma Rico en Plaquetas), el alivio aparece de forma progresiva y sus efectos pueden mantenerse habitualmente durante 12 meses e incluso más allá del año, ya que promueven la regeneración tisular.
¿Cuántas infiltraciones lumbares se pueden hacer?
No existe un número fijo universal de infiltraciones lumbares que se puedan realizar, ya que la cantidad debe individualizarse según cada caso y la respuesta del paciente al tratamiento. Sin embargo, en la práctica clínica habitual, lo más frecuente es no superar las 3 infiltraciones al año en la misma zona lumbar, dejando un intervalo de varias semanas o meses entre cada una para minimizar riesgos y evaluar la efectividad.
¿Cuánto tiempo tarda en hacer efecto una infiltración lumbar?
El tiempo que tarda en hacer efecto una infiltración lumbar puede variar según el tipo de medicamento utilizado (corticoides o plasma rico en plaquetas) y las características del paciente.
Generalmente, para los corticoides el alivio del dolor comienza entre 1 y 3 días después de la infiltración, aunque en algunos casos los efectos pueden ser inmediatos o, por el contrario, tardar hasta una semana en notarse completamente. Para el caso de las infiltraciones lumbares con PRP el efecto puede empezar a notarse al cabo de una o varias semanas.
Es habitual que durante las primeras horas tras la infiltración el dolor incluso aumente o se sienta extraño, pero la mejoría suele percibirse de forma progresiva a partir del segundo o tercer día.
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Articulo y modificaciones revisadas por el Dr. Miguel Alfonso Porcar
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